domingo, 20 de noviembre de 2011

Seagull 1.963: el chino que quiso ser suizo

A mediados de los 60 comenzó a funcionar la primera fábrica de relojes china: la Tianjin Watch. Esta manufactura era el orgullo de la patria, ya que producían relojes mecánicos económicos, robustos y precisos. Viendo el buen rendimiento que daban estos relojes, el gobierno chino les encargó un cronómetro de pulsera para equipar a sus fuerzas aéreas. Los responsables de Tianjin Watch no sabían qué hacer porque una cosa es hacer un reloj y otra muy distinta un crono, que es una maquinaria mucho más compleja. Aquí es cuando entra en juego Venus S.A., fabricante de calibres suizos para relojes de gama media-alta. Los suizos tenían un crono de carga manual llamado Venus 175, del que estaban desarrollando una versión más moderna que abaratase su producción, el nuevo Venus 188. Para financiar su última creación estaban buscando a alguien que les comprara la patente del 175. Los chinos, que querían una solución rápida para su problema, se pusieron en contacto con los suizos, que se frotaban las manos ante el negocio: se quitaban del medio una maquinaria cara de fabricar y les financiaban el desarrollo de su sustituta.


Hay que decir que los chinos de Tianjin Watch no se limitaron a comprar la maquinaria y montarla directamente en su reloj, sino que realizaron mejoras en el Venus 175: añadieron un sistema antichoque, 2 rubíes más y aceleraron su funcionamiento a 21.600 alternancias por hora. Al calibre resultante le llamaron "304". Analizando fríamente el trabajo que realizaron, y teniendo en cuenta que el Venus 188 no deja de ser una versión abaratada del 175 al que le han sustituido la rueda de pilares por un sistema de levas, tenemos que reconocer que el chino es mejor que el suizo.

Para no profundizar mucho en detalles técnicos que aburrirían a cualquiera, podemos resumir que la rueda de pilares es un componente caro de fabricar, que aporta suavidad al funcionamiento del cronómetro y del que ahora sacan pecho Breitling en su nuevo B-01 (que vende a partir de 6.000€) o Longines en su Valgranges (rondando los 3.000€).


El proyecto "304" fue presentado al gobierno chino y se aprobó de inmediato dada la calidad del producto. En poco menos de un año fabricaron 1.700 relojes de pulsera que vistieron los pilotos de las Fuerzas Aéreas Chinas. Después cesó su producción debido a su elevado coste.

Años más tarde la fábrica de Tianjin se convirtió en Seagull Watch Group, y el 304 pasó a llamarse ST-19. Como homenaje a aquella primera producción, 40 años después pusieron a la venta el Seagull 1.963 Special Avator Watch, una reedición limitada del mítico reloj de aviación.

El Seagull 1.963 es un reloj de tamaño contenido, 37mm, cristal de plexiglass y se vende con correa tipo nato de nylon, pero le quedan muy bien las correas de piel. Lleva el calibre que hemos comentado, el ST-19, un crono de carga manual bicompas con rueda de pilares, 21 rubíes, 40 horas de reserva de marcha y que funciona a 21.600 alternancias por hora. La caja es de acero inoxidable con la posibilidad de añadirle la trasera de cristal para poder admirar su maquinaria.


Su precio oscila entre los 200 y 450 euros en el mercado, un regalo teniendo en cuenta que un suizo de características similares cuesta, como mínimo, 5 veces más. Como os podéis imaginar, el Seagull 1.963 es una pieza muy buscada por coleccionistas por su valor histórico y mecánico.





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